martes, 17 de mayo de 2011

Una Pequeña pregunta

Alguna vez alguien dijo “si vives cada día como si fuese el último, algún día tendrás la razón”…
pues es de madrugada y un vacío golpea por dentro, y pregunto ¿qué me ha dado el sol para contarle a la luna?

Tal vez un suspiro caído, un grito callado o un silencio alarmante.
Un corazón ahogado, una soledad ilusoria o una lágrima resecante.

Podría hoy contarle a la luna que un invento humano carcome mi mente, que la tierra se ahoga, la sociedad muere de hambre y el sistema solo es uno más indigente.

Tal vez decirle que aprendí la ruta de la monotonía, que digito más rápido mientras he perdido un poco de alegría o que descubrí la receta para evadir la melancolía.

Que ya también aprendí del orgullo.

Que así mismo aprendí de esta fría sociedad, que entre más aprisione los pensamientos y le construya un sótano a un bello sentimiento, llegaré con la frente en alto al salón de los que ya perdieron el aliento.
Hoy le contaré a la luna que cada día somos más mezquinos y que ya ni recuerdo haberte conocido. Que me centro más en algo sin sentido, mientras olvido todo lo que a tu lado pude haber aprendido.

Reconocería que hoy dejé pasar un aroma desapercibido, que no logro encontrar el mundo de un jardín abandonado, que el sonido del viento ya no ensordece mis oídos, que un pensamiento ya no me produce un suspiro o que un mal recuerdo envenena mis sentidos.

Que el mundo se ufana de cosas efímeras, de momentos vanos, de glorias superfluas, mientras por dentro llora una esencia… pero tranquilos, todavía el hombre no ha terminado de estallar su ingenio y tendremos todavía con qué evadir este enfermizo vacío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario